Siempre en la fiesta de Todos los Santos aparecen los personajes que más fervor causaron en el verano. Yo esperaba con (poquitas) ansias ver a algún Óptimus cartonoso y chafa, o tal vez algún ñoño vestido de Dumbledore —quién también morirá este año, por cierto—, o quizás algún vómito de Gambit, teniendo en cuenta la posibilidad de reciclar el disfraz de Alex DeLarge; ¡pero no! definitivamente vamos a ver a un montón de gente maquillada de blanco nalga cual Reina Isabel I de Inglaterra, con gafas oscuras y una nariz puntiaguda y plasticosa.
No cabe duda que habrá dejado un vasto legado y que por tanto no se ha ido por completo; así que anímate, seguro lo veremos nuevamente esta noche de brujas comprando pisto en algún Oxxo.
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