Vengo de realizar mi tour por la institución y recolectar sellos. Los burócratas como yo sabrán que cada pinche papel que hagas tiene que llevar el sello de recibido de la mismísima Virgen María. El caminito de esta ocasión fue: jefe de proyecto, gerente, relaciones laborales, administración y finanzas y dirección general. Solo que esta vez no es cualquier pinche papel. Tengo en mis manos la colección de cinco sellos en mi carta de renuncia.
No sé si es una sensación grata o triste porque la neta me han tratado muy bien. Dejo un lugar bueno de trabajo, pero vamos, no hay trabajo mejor que las vacaciones perpetuas. Por fin este maldito calor veraniego se convertirá en un agradable asoleo. Me uniré a la que está desempleada por las mismas razones que yo y al que se quedó sin chamba porque el PRI le dio en la madre. Pero más importante aún: regreso a mis amigos… y más importante aún: a mi cama, a mi cuarto. A ese lugar mágico dónde la comida se prepara sola y la ropa se lava por arte de magia: de estar hecha bolas en el suelo amanece dobladita en el clóset.
Y por último podré bloguear ilimitadamente sin la maldita sensación del no debería estar desperdiciando el tiempo porque no me va a alcanzar para cerrar el proyecto con los minutos que quedan desde ahorita hasta el viernes a las doce del fuckin
Epígrafe: ya sé que la foto no tiene absolutamente nada que ver ¿pero apoco no es un deleite visual?
2 comentarios:
aasssh!!! como que me das algo de envidia!! haha, hay dias en que quisiera dejar todo aqui y regresarme a casa de mis papás y dejar de preocuparme por muuchas cosas!!
Todo cambio es para bien, mucha suerte y disfruta tus vacaciones!!
Sí, definitivamente este cambio es para bien, gracias por los ánimos. Solo que en este momento parece que voy a reventar del estrés (tengo que presentar mañana a las 12:00) y tengo la mejor reacción de todas: Perder la concentración por las toneladas de chamba y ponerme a contestar el blog...
Chale ya me voy (más me vale) un abrazo.
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