martes, 30 de septiembre de 2008

Montreal. Capítulo II


Desde aquellos días del pepeneo, no ha pasado gran cosa en cuestiones laborales, sin embargo, sí ha habido eventos memorables. Cuando trabajamos por última vez fue un martes, el miércoles descansamos y el jueves, cuando se supone nos llamarían, tampoco hubo trabajo. Estábamos en vísperas de la fiesta nacional de Quebec así que al parecer no requirieron obreros por varias jornadas.

El día 24 de junio, llueva o no llueva, es el día de San Juan Bautista. Esta provincia lo adoptó como santo patrono, a mi juicio no es tanto la devoción al santo en cuestión, sino que la fecha es muy buena para la celebración por su veraniega localización, además de que es unos cuantos días antes de la celebración de Canadá. De este modo los quebequenses podrían recibir jubilosos el verano y al mismo tiempo opacar la fiesta del día de la confederación de Canadá, el primero de julio. Estos argumentos están basado en suposiciones totalmente arbitrarias generadas por mi percepción de la situación en estas tierras.

El día de San Juan Bautista se llevó a cabo un gran desfile culminado por un gran concierto de música tradicional en el parque Maisonneuve, al lado del estadio olímpico. Al desfile se dieron cita marionetas de personajes famosos (famosos acá porque solo en su casa los conocen) como René Levésque y obviamente ninguna alusión a Su Majestad Isabel II. No fui al desfile, porque fui a otro parque a ver peleas medievales de juego y danzas con tambores. Lo que sí no me perdí fue el gran concierto.

En el parque Maisonneuve se instaló un gran escenario por el que desfilaron cantantes que seguro son famosos, con el denominador común de letras de opresión inglesa y deseos de independencia bajo la palabra libertad. Terminó con un tipo delirando una historia de una bruja y un granjero que nadie entendió –hasta los locales tenían cara de intriga-. Después de horas de estar de pie decidimos culminar la fiesta “nacional” de Quebec con una deliciosa y engordadora poutine.

En la semana nos dedicamos a buscar departamento ¡menuda monserga! Afortunadamente ya tenemos un trato que nos permitirá vivir el mes de julio en el centro de la ciudad, a unos pasos del festival de Jazz que acaba de comenzar. Ayer el cantante brasileño Carlinhos Brown abrió la serie de espectáculos que se desarrollarán por nueve días más. Una noche llena de alegría brasileña que tanto les hacía falta después de su derrota dos por cero ante nuestra selección nacional en el marco de la Copa América.

El día del partido, el Peel Pub se vio abarrotado de camisas verdes de México, casi tan numerosas como las amarillas. Lástima por los pentacampeones engreídos que no se cansaban de jurar que en un partido profesional no podrían perder ante la escuadra mexicana. Buen castigo se llevaron por menospreciar nuestro azteca power. 

Ahora en viernes, en vísperas de una fiesta llena de itesianos, Osvaldo y Zaida parten a su condominio en Sainte Agathe des Monts. Santa que de haber sido mexicana se hubiera dado una cita al registro civil para evitar murmuros al pronunciar su nombre ¡Santa(a)Gata de los Montes! Y yo termino de enviar noticias y saludos a mis familiares, y me alisto para una buena noche. 

1 comentario:

Unknown dijo...

Wooooooooooow,, que padres recuerdooos, jajajaja, que buena onda que tenias como un diarioooo,, me acorde de muchisimas cosas, la verdad que estuvo muy padree,, se debe repetir,, aunque ya todos sean unos ingenieros ocupadooos,,
esta suuuper padre,,, que buen escritoor, jajajaj