Qué dolor, este typeo debería ir acompañado de un auch, auch, auch por cada letra. Algo así como un a-auch, u-auch, ch-auch. De tanto que lo dije ya perdió el sentido, ¿por qué decimos ‘auch’? El caso es que me duele al typear ¿también por qué decimos typear? Creo que nadie lo dice, el pochoslashnaco soy yo. El caso (ahora sí) esque tengo el dedo que uso para escribir lastimado. Es el dedo anular del lado derecho y como aparte del pulgar, dedicado únicamete a la barra espaciadora; y el inutilísimo meñique, solo me queda ése tendré que escirbir en la mitad del teclado con dolor. Con su curita y todo.
Pero la herida no es tan leve para sólo un curita, pero lo suficientmente grave para escribir acerca de él. Duele mucho. Es uno de los padecimientos más femeninos que conozco ¿Qué se te rompió una uña? Pués sí. Ay qué marica. Pues no. En realidad duele muchísimo, el que se te rompa una uña es doloroso. Además queda un pedazo de la uña levantado, y parece no dejarte olvidar que está ahí cada que frota algún pedazo de tela en contrasentido.
Cómo demonios un jóven varón se puede romper una uña. Juro que lo blanco no alcanza ni un milímetro me las acabo de cortar. No fue “de la manera más estúpida” porque no hay formas inteligentes de romperse la uña –ni siquiera formas más o menos estúpidas para hacerlo- sólo pasa. Esta vez estaba en la alberca. Al dar la vuelta, después de impulsarme con la pared, no calculé bien mi línea recta. Mis manos en posición de flecha, con la derecha arriba golpearon una de las rondanas flotantes que conforman el carril. Eso me pasa por no estar acostumbrado a nadar en carriles tan chiquitos, o más bien en carriles tan compartidos.
Esta vez las paletas que portaba no sirvieron para detener el impacto. Sucedió en la parte más alta de la mano, parecía destinada la uña a raguñar el carril. Completé esos 200 sintiendo presión a cada brazada pero yo creía que era sólo un golpecito. Cuando terminé la serie vi que en efecto tenía una quebrada como de 6 mm con una gotita de sangre. Aún no dolía (tanto). El entrenador me convenció de salir. Lo reflexioné., asentí, me salí de la alberca. Todavía sentía el coco palpitando, por tres factores: el esfuerzo, la gorra, y la pinche agua caliente como para jacuzzi. Me mojé en la regadera luego me até la toalla-kilt (para seguir con lo pocho, pude haber dicho falda o pollera o lo que sea). Y fue ahí donde lo gacho comenzó.
Me incorporé lentamente, primero sentado y luego de pie. Me bañé, después fui a echarle una visita al médico. Me puso mertiolate y un spray frío quesque anestesiante. Ahora mi vida continua normal solo que con una uña rota, que hace me duela al typear. Incluso traté de escribir sólo palabras con el hemisferio izquierdo del teclado. Pero ya no tenía puntuaciones (ni que fuera Saramago, él tiene permiso yo no) y es dificilísimo escribir sólo con las vocales a y e. Resignado, continué a escribir normal aunque a cada rato aparezcan esos auch que por cierto, no son suficientes para detener este typeo.
Dejo pendiente la foto
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