En vez de dedicarme a decir cosas que tal vez requieran un Spoiler Alert me dedicaré a dar mi opinión de los personajes-actores.
Serena Kogen (jaja buen apellido). Interpretada por Helena Bonham Carter. No cabe duda: esta mujer tiene talento. Película que sale, película que se la lleva. Esta no es la excepción, también le otorgo la mejor actuación. Aunque es un papel diminuto (¡snif!) logra demostrar que es buena, o mala, o quién sabe ¡Esa es una actriz chingao! En Harry Potter 5 tiene un duelo con Gary Oldman (quién también es uno de los actores más talentosos) y verlos luchar es un miniorgasmo cinéfilo, aún no sé quién ganó ese duelo. Pero yo la amo.
Christian Bale es John Connor. Algo pasó. Quizás esta vez le quedó grande el papel. Como Bruce Wayne la hizo de maravilla. Junto a Johnny Depp se vio opacado. Y en esta ocasión no me queda más que asumir que su pobre interpretación se debe al personaje, pues Sam Worthington no es mucho mejor actor que él y nunca se enfrentó a mi querida Helena. No logra desprenderse de esa voz forzadamente ronca con la que le habla al Guasón –a lo mejor tiene secretamente voz de silbato– y su absoluto heroísmo no se lo compras ni borracho. Pobrecito, se supone que el Caballero nocturno lo catapultaría y parece ser que, por el contrario, no lo deja despegar.
Sam Worthington es Marcus Wright. No diré nada del personaje, mejor hablaré de la relación del actor con su papel. Este güey a diferencia de Batman sí supo encarnar a quien le fue asignado. No te diré por qué porque mejor ve a verla; a mí me dejó asombrado. Su personaje no es de esos héroes con los que te identificas –tampoco John Connor, para ese caso– sino es de esos que idolatras: de los que dices “quiero ser él cuando sea grande”; al estilo de Wolverine o Iron Man. Hay una diferencia enorme: en vez de querer hacerte la víctima y tratar de ser normal (guácala), cualquier varón (que se jacte de serlo) saldrá de la sala queriendo demostrar su hombría pegándole a alguien o destrozando algo.
Y hablando de Wolverine, eso me recuerda que le pronostico un éxito enorme a este otro australiano. Cuando ví X-Men pensé lo mismo de Hugh Jackman y velo ahora, es el galán más galán; lo sabía ¡ja! Estoy seguro que le va a pasar igual a este güey. Lo tiene todo: está guapo –que es totalmente indispensable–, es carismático, está joven, ya hizo un papel que lo puso en el mapa de la audiencia; y por si fuera poco está conectadísimo en el medio. Si eres fans sabrás que estuvo a punto de ser James Bond. Pero más importante que Bond es el otro James: su amigo James Cameron. El director de las primeras dos Terminators lo propuso para ser el coprotagonista de la cuarta; pero aún hay más. Cameron también lo escogió para protagonizar su nueva película, Avatar.
Si no sabes qué es Avatar –tengo la costumbre de sugerir el suicidio pero esta vez ofreceré algo menos extremo– ¡googléalo ya! Mira aquí te lo pongo. Este tipo aparte de ser Marcus Wright será el protagonista de la nueva película que arrasará en los Oscares –por varias razones que te dejo de tarea que investigues–. Sí te digo que será un filme muy novedoso. Además hay que recordar que James Cameron es un consentido de Hollywood, o por lo menos es un consentido mío por su pasión por la ciencia ficción (si mencionas la palabra Titanic te escupo en la cara) y con semejante recaudación no dudo que la academia esté muy agradecido con él.
Two thumbs up para Terminator, para Helena “Mylove (como diría Josean)” Bonham Carter, para James Cameron y un aplauso extra con la mejor de las suertes para Sam Worthington.
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