Por lo menos nos estamos escondiendo, no sé si seamos capaces de hacerlo -no se usted, pero a mi la cuestión de que si los tapabocas funcionan o no, me tiene podrido-, porque si no es esto es lo otro y si no: tiembla. Lo que sí es que nuestros gestos están escondidos.
Y eso sirve para volverme un poco loco, me dan ganas de ir corriendo y arrancar los paños esos pero creo que estoy demasiado domesticado para eso. Así que solo peco de pensamiento. No sé si peque de obra u omisión, porque si lo hiciera (como todo en esta vida) sería pecado. Pero si no lo hago estoy atentando contra mí por reprimir mis instintos de curiosidad... ¡oh Dios mío eso sí que es un pecado! Por eso me pongo enfrente de una computadora (pública por cierto) y escribo de mi curiosidad frustrada mientras salpico influenzas al apachurrar la a, la ele y las otras 30.
Ese es otro punto, por si no fuera poco el que la gente me prive de sus gestos y que esté constantemente acechado por el mensaje de "¡escóndete, escóndete!" de ese trapito azul; le estoy dando rienda suelta a la hipocondria. Si la vez pasada creía que tenia una descompensación por tomar mucha agua yo no sé qué voy a hacer con una latente pandemia.
Por eso me voy al calorcito a donde ni los virus(es) quieren ir. Y ya me voy que me deja el avión. ¡¡¡¡Venga Hermosillo!!!
3 comentarios:
OH!!!!!! fuiste a la boda???
que padre!!
Sí!!! estuvo pocamadre quién eres??
Jajaja.. soy elisa...
pero ya hasta vi fotos y todo el show.. jeje
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