miércoles, 13 de julio de 2011

Reto tuputamadre de 30 días, día 3. Prietos, chaparros y pobres

Recientemente después de presumirles a mis camaradas mi próxima participación en un concierto más, uno de ellos se preguntaba por qué en México no vienen ese tipo de conciertos. Cómo respuesta propuso quesque porque los mexicanos somos “prietos, chaparros y pobres” (No quiero poner el nombre de quien lo dijo por “proteger” su privacidad y porque para el alcance de este post tiene muy poca relevancia); frase que puso a ésta, tu humilde maquinita de 15 Watts a trabajar.

Yo conozco muy de cerca al autor de la frase y sé que su comentario fue en totalidad con fines lúdicos y con el afán de hacer reír, él no es racista. Pero no le quita que los mexicanos—en general—tenemos implantado un cierto auto-racismo, es decir un prejuicio hacia lo propio, lo mexicano. Este tema da mucha tela de post por donde cortar, dejo la puerta abierta para otros posts; entre otras razones porque ya casi llego a la mitad de mi longitud habitual (25 cm) y porque quiero que el tema de este post sea ¿por qué no vienen esos conciertos a México? Y no nuestro auto-racismo mejica.

En fin, regresando al tema de los conciertos, me pregunto si en realidad el hecho de ser prietos, chaparros y pobres haga que no se realicen esos conciertos en México. Si esas tres palabras se refieren a que somos unos salvajes y entonces en un festival como tal habría mucho desmadre, estoy en desacuerdo. Acabo de estar en uno en Alemania y te aseguro que esa gente alcoholizada, por más “civilizada” que parezca, se comportaba peor que animalitos. Puedo asegurar que bajo nuestro cielito lindo la cosa no se pondría peor.

Si la frase se refiere a que somos pobres entonces le puedo dar más crédito. Mover tanta infraestructura es costoso y aquí hay dos ventajas para el viejo continente: el poder adquisitivo del pueblo sí es—en efecto—mayor y la segunda es porque todo se tiene que hacer en esos tres meses llamados verano. Con esto las bandas aprovechan que pueden chambear solo durante tres meses y abarcar una gran cantidad de público.

Pero creo que el problema no radica tanto en que somos salvajes ni pobres porque estoy seguro que de hacerse un Coachella cerca del D.F. habría público suficiente, hay muchísima gente civilizada dispuesta a invertir su pesitos en la buena música. Creo que la razón es que la atmósfera para conciertos actual de México simplemente no es la adecuada. Por varias razones:

Lo prieto no es causa de nuestro clima tropical (en el que caen monzones en verano) pero lo tenemos. El verano es el tiempo en que la mayoría de las bandas quiere trabajar y es el periodo óptimo para presentarse ante la mayor parte de la población que disfruta de esta música, pero no es el tiempo idóneo en México. Nimodo la mayoría de los oyentes de la música que nos gusta están en lugares donde las cosas obligadamente se hacen en verano, y traer a México todo el tinglado en otra época—cuando no caigan nuestras destructivas tormentas—puede que sea demasiado caro.

Lo chaparros no nos hace corruptos, pero lo somos. Para los organizadores es dificilísimo calcular los gastos necesarios para las mordidas y demás “gastos variables”. Con tan alto riesgo no es de sorprender que ningún inversionista se quiera aventar el tirito para que al final le salga perdiendo a causa de unos cuantos vivos.

Lo pobre no nos dio un país tan violento (o por lo menos no en su totalidad) pero aún así lo tenemos. A mí me daría un miedo terrible juntar a 10,000+ personas y exponerlas a las granadas de un par de imbéciles. Y si yo fuera una banda (de música, obvio) no sé si estaría dispuesto a que la gente corra ese riesgo solo por oírme.

Ahí están mis razones, México no es prieto, chaparro y pobre sino tropical, corrupto y violento. Y el tema de nuestro auto-racismo puede esperar al post que sigue; que al cabo estoy haciendo el reto tuputamadre.

Foto ©Juan López. Tomada en el festival Southside en Neuhausen Ob Eck, Alemania. 17 de junio de 2011.

martes, 12 de julio de 2011

Reto tuputamadre de 30 días, día 2. Un post acerca de alguien más


Mi amiga Regina Filange decidió desactivar su cuenta de facebook. Como ella no bloguea me mandó la foto (el "imprpant")para que la subiera.

Le impactaron dos cosas:

1. Facebook es tan narciso que solo puede haber una razón por la que ya no quieras usarlo. No se puede elegir varias opciones.

2. Una de las razones por esta decisión tan radical es que estaba preocupada por su información personal, aún así sus amigos podrán seguir invitándola a eventos, etiquetándola en fotos, o pidiéndole que se una a grupos (ver letra gris).













En efecto, chérie, una vez en Facebook estás para siempre a merced de Mr. Zuckerberg. Aunque mueras. Debiste haber leído con detenimiento el contrato antes de darle clic a Acepto términos y condiciones.

lunes, 11 de julio de 2011

Reto tuputamadre de 30 días, día 1. Chinga tu madre

Ya hacía rato que no escribía con groserías. Y reitero: es una delicia. En gran parte se debe a mi encuentro de ayer con Molotov. Así que este post se tratará de dos cosas de Molotov y su relación con el Reto Tuputamadre del título.

En mis épocas preparatorianas (¿o fue en secundaria?) liberaba mis endorfinas cantando todas las joyas del vocabulario mexa que Molotov nos ofrecía. Desde la oda al puto, o el bolero a la obesidad, o la sinfonía del chingueasumadre el gobierno. En esa etapa de–como me suelo referir—las erecciones constantes, cantar groserías a escondidas de tu madre (y de la tía Ana Paula) era un refugio sin igual que te hacía sentir más grande que fumar.

Luego como los personajes en los libros, el personaje de este blog maduró (poquito) y se dio cuenta que cantar (o bloguear) groserías es una manera barata de llamar la atención. Sí, la estrategia de Molotov es barata, y también sé que mi estrategia con este post lo es también. No importa, porque tengo en la cabeza dos o tres personas que leerán lo que sigue y se lo tomarán personal y quizás así penetre más en su cerebro.

Desde hace dos o tres meses circulan en mi selección de lecturas en RSS los retos musicales, o los retos de películas o los retos de quien sabe cuánta babosada. Y la gente los sigue. A mi se me hacen totalmente insípidos, peor aún: se me hacen como una tarea de colegio ¡ándele porfas, profe deme una lista de temas de los qué escribir! ¿De veras es necesario qué alguien te diga “hoy tienes que escribir de una canción que te ponga húmeda”?

Por eso en esta protesta los invito a seguir mi reto tu putamadre de 30 días. Las reglas son: ¡¡¡no mames regresa a preescolar!!! Nadie necesita una lista de temas para publicar sus preferencias en internet. No quiero saber que Carla Bruni te produce una erección o que Leonardo de Lozanne te moja la concha. O bueno sí me interesa pero no en la forma obligada de una lista cual artículos en la constitución. Por eso leo blogs, no listas.

Yo seguiré con mi reto tuputamadre de 30 días y lo haré como lo he hecho hasta ahora. Blogueando tan libremente como el protagonista de este blog, en su madurez, me lo permita. Hablando de lo mismo, eso me gusta de molotov. En su “libertad” infantilizada me ayudaron a perderle el miedo a las palabrotas pero han—hasta cierto punto—logrado madurar también de su estrategia barata y empiezan a proponer más con sus canciones.

Para seguir con el formato de los retos musicales y eso, les dejo el video de Cerdo de Molotov. O mejor no, ya me dio hueva, búsquenlo ustedes.

jueves, 30 de junio de 2011

Viejito y perrito

Parte de mi helvetización implica tomar el tren a la misma hora todos los días. 7.16 sin fallo, estoy montado cada día en el interRegio. Al llegar a mi destino camino invariablemente 9 minutos 34 segundos hasta la maquina de checar. Para reforzar la helvética noción de la rígida rutina, en esos 9’34 minutos me cruzo -casi sin falta- con un viejito y su perrito.

No es que sea adepto a los diminutivos pero si no me refiriera a esa persona como viejito, y usara un término lingüísticamente más correcto como anciano, en mi mexicanidad se podría interpretar como término hostil o bien no representar la edad de la persona. Todo mundo sabe qué tan viejo es un viejito pero no es tan fácil saber con cuantos años cuenta un adulto mayor o alguien senil. Bueno y perrito porque es un perrito, algo así como un salchicha-chihuahua. Horrendo si he de añadir (me refiero al perro).

Total, viejito y perrito pasean en mi camino. Cada mañana le dedico (me refiero al viejito) un Guete Morge! Hace nueve meses se sorprendía cada vez que yo, un completo desconocido, le dedicaba mi ¡Buenos días! Ahora ya no, ahora hasta me contesta incluso antes de que termine mi frase.

Me pregunto si soy el único que le dirige la palabra en su paseo diario. Me pregunto también si le genera algún sentimiento. Pero me pregunto con más intriga si dentro de dos semanas se preguntará ¿qué habrá pasado con ese chavo que me deseaba los buenos días?

martes, 7 de junio de 2011

Arctic Monkeys vs Pink Floyd

It seems to me that these two songs show an enormous resemblance. Judge it yourself, at least the first seconds of each.



I will not state who’s copying whom because I do not believe this is a case of plagiarism. Nothing, absolutely nothing in this life—and especially in music—is 100% original. Furthermore, judging by Love Is A Laserquest's lyrics I'm pretty positive the Monkeys are much aware of this likeness.


Jeez! What a surprise, the Arctic Monkeys found inspiration on Pink Floyd, oh my god my world is crumbling down (not). Like the time Muse got inspired for Unnatural Selection by ABBA’s Take a Chance on Me.

viernes, 3 de junio de 2011

Auffahrt

Pues ayer se celebró la Auffahrt en Suiza ¿Que qué significa eso? Literalmente significa la subida pero en términos religiosos es—creo—La Ascensión. Con gusto honré aquel santo, deidad, perro o lo que sea que haya ascendido, como se debe: me levanté hasta que la cama me expulsó a patadas, vi la trilogía—eso es: las primeras tres películas—de los X-Men y fui a nadar. Terrible idea. Creo que queda claro cuál de las tres es la mala idea porque dormir siempre es buena idea, ídem para todo lo relacionado con los mutantes, y bueno… nadar siempre es también una buena idea. Excepto en fiestas públicas en albercas públicas.

Después de casi dos años de entrenamiento me atreví a checar si estaba, o no, abierto mi pequeño Chimulco. No debí haberme preocupado. No solo estaba abiertísimo, sino que lo estaba y hasta su pinche madre reventar. Pero eso no lo sabe uno hasta que está rasguñando la superficie. Y pues ya estaba ahí, ya hasta había vencido a los demonios de la huevacueva. Total a pesar de las abundantes boyas de carne (llámese niños) decidí saltar.

¡Cristo Rey de la Ascensión! El líquido que debiera ser translúcido parecía más bien una suspensión blanquecina de humores multiculturales aderezada de productos corporales de indeterminada procedencia. Ya qué. Decidí ejercer mi control mental y continuar con mi tercer día de terapia antitabaco. A duras penas, y nomás por aguantarme la vergüenza, alcancé mi—modesto (dadas las circunstancias)—objetivo de 1000 m. Y salí disparado… a la segunda alberca.

Digo si me he de contagiar de 30 especies diferentes de portobellos, qué por lo menos valga la pena. Ahí voy al “Wellnessbad” con la ilusión de que el agua termal purifique en vez de producir una sopa. Como era de esperarse las piscinas que ofrecen chorros a presión y camas de burbujas hervían de pueblo. Escogí un rincón, observé y así es como nació este post.

A mi lado izquierdo están las tres señoritas (dignas de verse) con acento de acá pero rasgos de quiénsabedónde. Enfrente de mí están las lesbianitas que se besan (por “lesbianitas” léase cuarentonas, embarnecidas y un tanto machorras) y a la derecha el chulo piscinas, con su séquito machos beta. Parece que esta jauría dedica sus días al gimnasio, y a demostrar en su fortísimo acento yugoslavo quien emite más testosterona. De pronto pasa el trío de hispanas mulatas; más morenas que morenas, pero menos que negras. Constato que eran hispanas porque no hacían el menor intento de moderar los decibeles.

En ellas también había una líder, quién para pronto—y propagando sus intenciones en nuestro idioma—aun viendo que los camastros burbujeantes estaban llenos, se agandalló (a base de empujar sus 200 kilos de carnes) una plaza en el codiciado lugar. Obviamente los previos ocupantes protestaron por la violación a su espacio vital. No obstante, la mulata mayor convidaba de su recién adquirida plaza a sus compañeras:

--¿A cómo de que no? ¡vengan, que aquí caben le’ digo!—una de sus compañeras se une al agandalle; la otra (la bonita) se abstiene.
--Pero si ya ’sta lleno—le contesta con su adorable acento y se queda afuera.
--¡Que no! te digo que aquí no’ apretamos—Contesta la líder mientras menea sus sentaderas para hacer espacio; nótese que al menear las sentaderas se menean también sus proporcionales tetas.

Sin saber a dónde hacerse, esta mujer voltea a todos lados. Durante la confusión uno de la pandilla de galanes pospubertos de la exyugoslavia sale expulsado a presión mientras se pelea a gritos con la corporal mujer, quien contesta gritando y se dan cuerda uno a otro. Aprovechando la distracción, el líder de los niños de cobre (los mismos pospubertos hijos del gimnasio) se dirige a la latina que no se unió al agandalle:
--¿qué también tu quieres un masaje?—le pregunta pavonéandose con un acentuado alemán.
A lo que por respuesta obtuvo una merecida mueca.

La respuesta del público a todo esto fue una unánime carcajada; mía, de las chicas de indeterminada procedencia, de las lesbianitas y de todos los demás bañistas. Por más primermundista que esté este país, a un día feriado en la alberca comunal lo único que le falta es estar en un libro de ¿Dónde esta Wally?

martes, 31 de mayo de 2011

Peter V. Brett


Ok, I know that for many of you it’s not a big deal. But it was for me. I am talking about me getting to know Peter V. Brett. There are people that admire someone else’s voice, or beauty, or—political, physical, etc.—power. I don’t. I admire people with great creativity, people able to control your mind for indeterminate number of hours while you surrender to their will and read what they write, people who write without letting themselves be biased by someone else’s ideas (It is harder than it sounds). Indeed I mostly admire storytellers, and one of them is Peter V. Brett. And yep, this post’s humble writer got to talk to him.

It’s curious how everything becomes of second importance when you really desire something. Let me be clearer. I was in Paris (YEAH IN FUCK’N AWESOME PARIS!!!) and I could have spent the whole Sunday with my brothers whom I get to see around 2 weeks per year, yet I decided to go to the middle of eastern France (Épinal to be precise) to be able to cross some sentences with Peat (yep I’m using his to-friends-only vocative).

But there’s more. Hung-over and all, there I was on the 8.20 TGV to Nancy to have some time in the fantasy writer’s convention Les Imaginales. It was mother’s day in France, and some human being—for god knows what reasons—decided that the best gift to his ma was to end his/her existence by throwing him/herself against the 300+ km/h-travelling train. I’ve got to admit that I was to quick to be angry at that poor bastard soul and suggest to every suicide-committer to buy 3 bottles of Valium and do it quietly at home, but my opinions have by now somehow changed. I don’t want to extend here the motives about suicide because exceeds the scope of the post and because I’ve already talked about it with storyteller Peat and translator Hélène ;-) The point here is that due to that Accident de personne I was delayed for 3 hours.

Thus my time in Les Imaginales was notably shrunk. At 15.00 I was close to the turning point. With still 4 hours to my work place and 5 to my succor place in Zürich I had the decision of staying for the night in Épinal or continue my way home and NOT meet Peter. Since I really wanted to at least chat with him I decided do it Arlen’s way (i.e. Forward, always forward). Let me summarize the consequences. I had to wake up the next morning at 4.30 and not to mention the opportunity cost of letting Paris behind, but with those consequences I can live; what people want to hear are the costs in Pesos or in this case in Euros.

The original way-back ticket was 54€ was non-refundable and therefore by now lost.
The new ticket (that assassin TGV) was the last-minute abusive fare of 108€
The book I wanted him to sign was 15€ (the books I read are by now lent to some friend) but those do not count because and the edition of L’Or de Brayan it’s fantastic and because… well… it’s a Peter V. Brett book.
The hotel night was 57€. That makes an extra 165€ of my original weekend in Paris.

But let me tell you something. It was worth every centime, I would gladly pay it again to meet an author as Mr. Brett.

So what’s my impression of him? He’s just awesome. I dunno... I was half-expecting someone more conceited, someone who would brag about his accomplishments, a show-off. But luckily he’s the opposite of that, he’s self aware, down-to-earth, polite, and I could get a glimpse of how a loving father he is. He has become indeed a puissant influence and role-model.

Oh! I forgot to mention cool, he has a kick-ass tattoo in his arm, if you didn’t know already I want to get one as well, of course not a sword like his (I admire the guy but c’mon there are limits) but I found appropriate the reasons he gave for his tattoo; in my opinion motivations not strong enough for inking your skin but valid nevertheless.

On the contrary, I believe his impression of me was not at all what I wanted to project. That happens to me a lot because of my personality (which I will discuss some other time), especially while addressing people my subconscious considers as hierarchically superior. Anyway It’s not like we will become buddies anytime soon so I’ll just convince myself that I didn’t make a fool of myself those couple of times (like raising my hand à la Hermione to ask about his sword tatoo, among other may-be-dumb things). But just to wrap everything up I ended up having a really pleasant afternoon.

And I got to chat with Peat and you didn’t, ha ha!


Ps. Brandon Sanderson was as well in the convention, and though I also admire him, I also believe his writing to be a little biased by Bandon’s own religion life experience; and consequently I did not make a great effort to talk to him.

jueves, 28 de abril de 2011

Luis "Halfgrip" López

So, here’s one of the dorkiest thing I’ve ever done. But what the heck I am a geek—not even trying to hide it—and by the way, if you are reading my blog probably you are one too.

As you may well know I like fantasy books (what a surprise) and I recently discovered one of greatest recent authors of the genre, Peter V. Brett. I was going to write a post about his books but—as all the phrases that start with “I was going to” the only possible ending is—a racoon came in and ate it… Yeah, carbon footprinting is a bitch and I haven’t had a minute to write. That and my recent trip to Madrid (expect another post soon) had kept me busy, so I was forced—yet again—to abandon my poor ¡qué cotorro! Anyhoo here I am, so let’s get this post rolling.

I’ll get to my dorky action in a couple paragraphs; let me first compliment the chef of the Demon Cycle, definitely one my favourites and a must for everyone, fiction fan or not. Brett has 5 books planned for the cycle, of which the first two are out: The Painted Man (The Warded Man in the U.S.) and The Desert Spear (btw, El hombre marcado is now available also in Spanish). What I like about his books is that they are real… (wait! let me finish) The problems in them are real: human, crude, raw, dirty and that makes them believable. There’s cowardice, murder, rape, incest, courage, alcoholism and even hints of homosexuality. That makes his work a buffet of emotions. Not like the Mormon-Disneyland stories by Brandon Sanderson.

On the other hand, his characters are a bit simplistic. To my taste they are too pure; the hero is too much of a hero and does not have a dark side. The healer is a beautiful gal with no place in her heart for evil. The hero of the other culture is absolutely devoted to—in his own perception of—the greater good, much like a by-the-book dictator, nonetheless again he knows only one side of the force (his force). Most shocking of all is the next main character, and the reason to that-dorky-thing-I-did. His name is Rojer; his nickname, Halfgrip.

It turns out this halfgrip guy has my exact hand. If you know me personally, you know what I’m talking about; if not, keep reading. I was surprised of the coincidence—and a little flattered as well if I might add. So I decided Peat (as he calls himself) might want to see a real life version of his character’s hand and wrote him an e-mail (yep! that was my dorky mischief). To my surprise, he answered, and in very friendly way! Sometimes is hard to think of these creativity geniuses as normal down-to-earth people, thanks Peat!

Leaving aside all my privacy fears, here I post my letter to Peter, and leave you the link to his Peephole in my Skull where it was first posted and the inspirational reason of the current post. I also offered him some funny stories of what does it mean to live with a notorious difference, here’s the link to another of my posts, Oligodactilia (unfortunately this one’s currently only in Spanish, I’ll translate it one of these days).

Dear Peter,

My hand is like Rojer’s! Normally I don’t disturb my favorite authors with e-mails but I thought the similarity was too much of a coincidence to let it pass and maybe you’d be interested. I attach a couple of pictures of my right hand—missing its index and middle fingers—wondering if maybe that’s how you imagined Rojer’s (darn, I even have a scar on the same spot where Rojer’s fingers weredevoured!)

I do not play a fiddle but I do sometimes have that same felling that some instruments (e.g. scissors) become an extension of my arm, otherwise hindered if my hand was complete. The only difference is that I do not consider it a “crippled” hand.

If you are by now wondering, this lack of fingers was not due to some corelin attack ;-) or accident of any sort, it was a birth condition called Oligodactyly. If you look closely on the picture with my face, I’m covering my mouth with my left, where I’m missing my middle finger. Those scars were product of a surgery from when I was a baby supposedly to make the grip stronger but or course, I don’t remember any of this.

Going on with the coincidences, I have a trip planned to Paris on the exact same dates of Les Imaginales, I didn’t know it existed but I might find some time to drop by and who knows, maybe I’ll even bump into a copy of “L’Or de Brayan”.

Yours sincerely,

Luis “Halfgrip” López