Ya hacía rato que no escribía con groserías. Y reitero: es una delicia. En gran parte se debe a mi encuentro de ayer con Molotov. Así que este post se tratará de dos cosas de Molotov y su relación con el Reto Tuputamadre del título.
En mis épocas preparatorianas (¿o fue en secundaria?) liberaba mis endorfinas cantando todas las joyas del vocabulario mexa que Molotov nos ofrecía. Desde la oda al puto, o el bolero a la obesidad, o la sinfonía del chingueasumadre el gobierno. En esa etapa de–como me suelo referir—las erecciones constantes, cantar groserías a escondidas de tu madre (y de la tía Ana Paula) era un refugio sin igual que te hacía sentir más grande que fumar.
Luego como los personajes en los libros, el personaje de este blog maduró (poquito) y se dio cuenta que cantar (o bloguear) groserías es una manera barata de llamar la atención. Sí, la estrategia de Molotov es barata, y también sé que mi estrategia con este post lo es también. No importa, porque tengo en la cabeza dos o tres personas que leerán lo que sigue y se lo tomarán personal y quizás así penetre más en su cerebro.
Desde hace dos o tres meses circulan en mi selección de lecturas en RSS los retos musicales, o los retos de películas o los retos de quien sabe cuánta babosada. Y la gente los sigue. A mi se me hacen totalmente insípidos, peor aún: se me hacen como una tarea de colegio ¡ándele porfas, profe deme una lista de temas de los qué escribir! ¿De veras es necesario qué alguien te diga “hoy tienes que escribir de una canción que te ponga húmeda”?
Por eso en esta protesta los invito a seguir mi reto tu putamadre de 30 días. Las reglas son: ¡¡¡no mames regresa a preescolar!!! Nadie necesita una lista de temas para publicar sus preferencias en internet. No quiero saber que Carla Bruni te produce una erección o que Leonardo de Lozanne te moja la concha. O bueno sí me interesa pero no en la forma obligada de una lista cual artículos en la constitución. Por eso leo blogs, no listas.
Yo seguiré con mi reto tuputamadre de 30 días y lo haré como lo he hecho hasta ahora. Blogueando tan libremente como el protagonista de este blog, en su madurez, me lo permita. Hablando de lo mismo, eso me gusta de molotov. En su “libertad” infantilizada me ayudaron a perderle el miedo a las palabrotas pero han—hasta cierto punto—logrado madurar también de su estrategia barata y empiezan a proponer más con sus canciones.
Para seguir con el formato de los retos musicales y eso, les dejo el video de Cerdo de Molotov. O mejor no, ya me dio hueva, búsquenlo ustedes.
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