lunes, 21 de marzo de 2011

La Migración al lado Mac de la fuerza.

Llevo ya una semana con mi computadora nueva. Me ha servido para llevarme una probada de lo que Mac significa, en comparación con Windows: en una esquina: la manzana; en la otra, las ventanas. Para saber la opinión de quien escribe es preciso primero saber qué tipo de usuario es este quien escribe.

Siempre he sido un devoto de Windows, hasta que empezaron con sus prácticas monopólicas al querer cobrar por todo. Por eso casi todo el software que usaba era opensource, con la grandísima excepción de Microsoft Office, que por temas de compatibilidad es a mejor opción. Y nunca he sido devoto del software pirata.

También siempre he sido devoto de Toshiba. Me encantaban los detalles que le ponían a sus máquinas, el montón de amenidades que tenían, desde bocinas profesionales (Harman/Kardon) hasta un control remoto para las presentaciones de powerpoint. Todo eso hasta la última que compré. Donde el cuerpo de mi Satellite era de un plástico que bien podría haber sido sacado de una caja de chocokrispis, no tenía ni siquiera un regulador de volumen (había que hacerlo desde el programa o desde Windows) y lo peor de todo: un ventilador que una vez encendido nunca se apagaba y bufaba cual niño regordete (puede ser Héctor, el de la caída) después de clase de deportes.

Esos detalles de la chafa Toshiba no justifican tirarla a la basura, entonces ¿por qué demonios optar por desperdiciar más recursos preciosos en otra herramienta? La respuesta es simple: porque puedo. No, en realidad no soy tan tirano—aunque claro, de no haber podido pues me quedo con mi Toshiba y me chingo—. He oído por ahí una de esas frases que le hacen a uno fruncir el fundillo: “no escatimes cuando compres un colchón porque ahí pasaras una tercera parte de tu vida” ¡Helas! ¡Es pegado a mi máquina donde paso más de una tercera parte de mi vida! Más vale que sea algo donde este agusto.

Y agusto estoy. (Como esto es un post, y ya llevo media página trataré de ser breve con lo que sigue) Pero para ser imparcial hay que contar los pros y contras. Vale mencionar que como los cambios siempre son buenos, la migración de sistema operativo (SO) no puede ser considerado como un contra, es solo otra alternativa. Lo que sí se puede comparar son las características de cada SO.

Mac 10xs2365 OS (o como diablos quiera que se llame) está hecho para retrasados mentales. Es definitivamente mucho más amigable con el usuario. Pero eso también limita a los que ya le saben poquito más. Las opciones están mucho más estandarizadas a lo que me imagino “la mayoría prefiere”. A veces, cuando vienes de Windows, organizar archivos puede ser frustrante.

Tiene un mousepad muy grande y hace todas las monerías de Apple que hace p.ej. el iPhone. Como usar un pellizco para hacer zoom o diferentes monerías dependiendo de cuantos dedos uses. Sin embargo, para un usuario que usa el mouse con la derecha y solo tiene—prácticamente—el dedo anular (el meñique no sirve de nada), todas las funciones multidactiles pueden irse a mucho a la ching.. tiendita de la esquina.

Por otro lado, todo en una Mac es bonito. Las teclas están iluminadas por debajo con una elegante luz blanca; la pantalla tiene una resolución excelente, y ¡vamos! El cuerpo en sí es de admirarse: tiene solo tres piezas de aluminio: piso, cuerpo y pantalla ¡y ya!

Ahora, he de admitir que extraño mucho la tecla “supr” ¡no se puede borrar para adelante! Siempre hay que ir con las flechas y luego borrar con backspace. Eso sí: tampoco existe el molestísimo “insert”.

Lo que me desespera de sobremanera es que Mac ejerce un riguroso control sobre las aplicaciones que descargas por medio de su AppStore. Que he de admitir que como no necesito—entre otros—un programa que haga la gracia de pedorrearse, no necesito para nada su mentada appStore. Pero sí me siento un poco vigilado por el ojo omnividente de Mordor Steve Jobs.

Aquí termino diciendo que usar Mac no es más que otro proceso de adaptación, a final de cuentas es ir o con melón o con sandía, estamos hablando de computadoras, nada del otro mundo. Ya me he adaptado en el pasado a cosas—por mucho—más difíciles.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I love my mac :P

Unknown dijo...

yo también pero no son perfectas como unos te lo hacen creer...