lunes, 11 de agosto de 2008

Qué vello



En uno de los abundantes periodos en los que mi radio esta en SCAN a falta de música decente, me topé que una chica solicitaba la canción Qué Vello. Normalmente entre la Ve y la Be en el español oral no hay diferencia en el sentido, pero me dio risa que dijera qué vello. Uno empieza a oír estas diferencias cuando en otro idioma puede cambiar completamente el sentido. Por ejemplo, en inglés va con Ve el apócope de Vincent, Vince; y con Be, frijoles, Beans. O en francés ésta es la única diferencia entre Ver y Beber, imagina a una deliciosa enfermera después de sacarte sangre: -¿Listo señor, ahora desea algo para ver? –Gracias, por qué no empiezas por tus chichis.

Me imaginé a la morra de la canción diciendo ¡Dios Santo, mira nomás qué vello (puede ser púbico)! Si has oído la (pésima) letra de la canción, hay una parte en que a la cantante le preparan un té, sí, ¡un té en una canción! Regresaré a este asunto más adelante, ahora estoy riéndome del vello. Pon en tu mente a la mona esta llevándose la taza a la boca e inmediatamente arrugar el ceño al descubrir el vello en sus labios ¡O Jesús, qué vello en mi té!

Ahora, si aún quieres reírte de la letra (¿quién demonios escribe en una canción que le preparen un té?) debes seguir leyendo. Debido a mi limitado acceso a Internet te ahorraré la letra completa de la canción, además, yo me ahorro la vergüenza de que aparezca en mi blog. (Afortunadamente) No me la sé, pero como la oigo en cada boda, en aquel momento que escuché el nombre en el radio, me vi motivado a presionar por segunda vez el botón SCAN, para detener el desfile de estaciones y poder captar más la letra. El caso es que la cantante, dice: “[…] me preparas un té”, no conforme de haber pedido un té de tila y no un caballito de tequila o un whisky en las rocas o hasta un pisco sour; se atreve a repetirlo y dice algo así como “[…] mientras me tomo el té”. No cabe duda que la Sonora Dinamita, no tiene la mínima idea de las cacofonías por repetición de palabras. ♪♫ Tu me preparas un té y luego me tomo el té ♪♫.

Avanzando un poco más en la hilaridad de esa precisa cumbia, cada que la oígo, suena algo así: “qué vellos en tus senos de hombre, que sientes cada vez que me voy”. A poco no es más gracioso imaginarse a un travesti haciendo rollitos (es decir, sintiendo) los vellos en el pecho agrandado artificialmente y haciendo esto cada vez que la mujer se va, que a una mujer adorando los celos de su Don. Imagina la escena: un güey norteño (norteño porque me imagino que de allá son los de la sonora ¿no?), que en cuanto ve salir a su mujer de la casa, va corriendo a ponerse sus vestidos y a palparse los senos rellenados con Wonderbra, haciendo cara de asco porque sus varoniles vellos del pecho no lo dejan vivir su transexualidad a gusto.

También tengo que admitir que ver a la señora que se toma un té es de por sí, demasiado gracioso. Más si en el líquido flota un vello ¡Aaa, qué bella es la guapachosidad de las canciones mexicanas!

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