martes, 29 de abril de 2008

Lo que más me asombra

La forma en que una célula se separa y quedan dos nuevas totalmente funcionales. Tantos átomos, tantos aparatos, tantos biolitos, tantos elementos, tantos átomos y todos se separan para acabar duplicándose ¡Y por lo general nada falla! Después de esa célula se especializa y se hacen células que pueden llegar formar otro ser vivo en unión con otra célula que se crió, posiblemente, a enormes distancias. Cómo es posible que una célula de una japonesa se cruce con una célula de un guatemalteco, se junten y se dividan innumerables veces y después nazca un ser diferente completamente independiente que podrá cruzarse con una célula tailandesa.

Estas separaciones minúsculas, sólo son comparables con los movimientos de las galaxias. Una imagen muy parecida a la duplicación celular que se lleva a cabo todo el tiempo dentro de nosotros, es la imagen de cuando dos galaxias chocan, o cuando explotan. Ahora en vez de átomos y moléculas son estrellas y planetas, que se expanden a sus anchas y que luego se detienen para continuar en su apacible viaje interestelar. Curioso que gracias a una de esas grandes coincidencias, en un periodo de estabilidad, se cuajen las circunstancias para que dentro de nuestra querida Tierra, las dos células intercontinentales se crucen.

Pero algo que me asombra aún más es la capacidad humana para el mal. La capacidad para hacer el bien no me asombra porque es “lo normal”. Pero el detonador para ser clasificado como lo que más me asombra cuando escuche que en El Salvador puedes comprarle un bebé a una madre necesitada por 200 dólares. Eso no es de asombrarse pues las carencias son reales; incluso que una pareja infértil lo compre, tampoco es asombroso. Lo que me mantuvo con nauseas durante meses (aún a veces llegan, como ahora) es cómo adultos machos (no me atrevo a llamarlos hombres) los adquieren como juguetes sexuales. No deseo recordar el rol que desempeñan los bebés en este juego, pero sí sé que la mayor parte de las veces terminan asfixiados. Lamentablemente la fuente es verídica, es de una mujer que combate la pornografía infantil en México y Centroamérica. Definitivamente eso me asombra más que la mitosis, la meiosis y el choque de galaxias

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