De ti me quedo con tu sonrisa, con tus ganas insuperables de salir adelante y de sacar a los demás adelante. Te agradezco que me hayas ayudado cuando lo necesité y sé que yo no fui el único a quien ayudaste. Pocas personas he conocido con tu alegría y la facilidad que tenías para transmitirla. De verdad quedas en mi memoria para siempre, me duele que te vayas y me duele no haberte dicho adiós. En tu sala o en todas aquellas veces que me invitaste a comer. Pero me quedo con el recuerdo de cuando me deseaste mucho éxito en tu oficina y te dije: “nos vemos en dos años”, tú me dijiste “te va a ir muy bien, ya verás”. Y justo cuando estuve a punto de perderlo todo, justo a los dos años de aquella despedida, allí apareció ese cuatro en MyStudies.
Gracias por haber estado conmigo en este negocio. Anda ya, vete y descansa en paz.
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