Escribo esta vez desde la capital del país. Desde hace tiempo he dicho que se me hace absurdo que en este país siempre existan cosas exclusivas, que más que exclusivas son excluyentes. Es decir, si vas a viajar por avión, que de por sí es excluyente, simpre habrá una sala VIP, a la que solo te dejarán entrar si cumples con ciertas características -principalmete ecoómicas-. Estas salas son atendidas por gente que jamás siendo civiles podrán visitar, es más, quizas ni siquiera puedan "afordar" (sic; poder pagar, pochismo) volar.
Por estas razones siento que en México existe un resentimiento social, que se hace muy claro en la capital. Es este resentimiento social el que hace que haya gente que raye los coches nomás por molestar. Siento que esta es una ciudad agresiva sobre todo para el que tiene. A mí como me gusta caminar la ciudad y viajar en transporte público, me quedó clarísimo con esta última visita.
Creo que este sería un país mejor si no fuésemos tan restrictivos. Si no hubiera cosas VIP (de por sí me irrita la palabra). No se puede evitar la riqueza pero sí podemos ser más incluyentes.
Hace tiempo escuché que si en este mundo la riqueza total del mundo, en un dos por tres, se repartiera equitativamente, en cosa de diez minutos ya habría ricos y pobres. Y es normal, por eso hasta en la naturaleza existen los machos alfa. Los más listos(as), bellos(as), talentosos(as) serán más ricos por ley natural. Pero esa estúpida idea del mexicano de querer siempre aplastar o excluir al de al lado me repugna.
Yo por mí, quitaría muchos de los VIP lounges, que todo lo que ofrecen lo quitaran y lo mostraran bajando tarifas.
Saludos a todos.
miércoles, 19 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario